Existen multitud de enfermedades en bebés y niños: infectocontagiosas, respiratorias, digestivas, cutáneas, anatómicas, de la visión... teniendo un tratamiento específico en función de cada patología y de sus síntomas.
Desde el momento del parto, los bebés empiezan a estar expuestos a multitud de virus y bacterias, que pueden llegar a provocarles una enfermedad o no.
Esto depende de la capacidad de su sistema inmune para defenderse de estos patógenos. En el caso de los recién nacidos, sus defensas aún son inmaduras por lo que son especialmente vulnerables, siendo la situación aún más delicada en los que nacen prematuramente.
Debemos proteger la salud de nuestros peques, especialmente durante sus primeros 3 meses de vida, que es cuando sus sistema inmune es menos fuerte.
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Sin duda, lo que más padecen bebés y niños son las enfermedades
.Estas son las que están provocadas por un agente patógeno, como virus, bacterias u hongos, y por lo tanto, pueden contagiarse de una persona a otra.
Especialmente cuando empiezan a ir a la guardería, o desde el nacimiento si tienen hermanos mayores en casa, los bebés se exponen a contagiarse varias veces de este tipo de enfermedades, considerándose normal que padezcan incluso 8-10 infecciones al año.
Esto se hace agotador para las familias, que sienten que salen de un resfriado para meterse en una otitis, pero es necesario para fortalecer su sistema inmune.
A base de exponerse a los patógenos, las defensas desarrollan inmunidad específica, lo cual significa que la próxima vez que estén en contacto con la enfermedad, su cuerpo actuará más rápidamente llegando a impedir el contagio, o haciendo que sea más leve.
Aunque se pasa muy mal cuando los bebés tienen fiebre, tenemos que pensar que es un proceso necesario para fortalecer sus defensas. Cada enfermedad que pasa les hace más fuertes inmunológicamente.
Especialmente cuando llegan los meses de frío, las enfermedades pulmonares en niños se extienden por todas partes.
El frío baja nuestras defensas afectando a la garganta, lo cual hace que sea más fácil contagiarse de distintas enfermedades virales.
Algunas de las enfermedades virales en niños más comunes son la bronquitis o bronquiolitis, la gripe, la laringitis, los resfriados... y desde 2020 también el COVID-19.
Ya sea por un origen mecánico, viral, hongos o alergia, existen gran variedad de enfermedades cutáneas en bebés, siendo cada vez más frecuentes.
Desde el nacimiento, los bebés pueden padecer afecciones leves, como el acné neonatal, o dermatitis seborreica en el cuero cabelludo, conocida como costra láctea.
Aunque en muchos casos son patologías que se resuelven con el uso tópico de hemangiomas, en algunos casos las enfermedades de la piel en niños pueden llegar a ser graves.
o con el paso del tiempo, como losTambién hay patologías que afectan a distintas partes del sistema locomotor, como los huesos, músculos tendones y otros tejidos.
Hay enfermedades de la lengua en bebés que pueden estar causadas por infecciones como los hongos, que provocan candidiasis oral o afecciones anatómicas, porque existan tejidos que imposibilitan la vida del niño.
Este es el caso de los bebés con frenillo, que en muchas ocasiones tienen que operarse para poder hacer una buena succión en la lactancia materna.
También hay enfermedades de la cabeza en bebés, como la plagiocefalia, en la cual el cráneo del peque queda deformado por pasar muchas horas tumbado al día.
Estas afecciones muchas veces no se limitan a ser un problema estético, pueden llegar a causar deformaciones, afectando al desarrollo normal del bebé.
Existen gran variedad de patologías que provocan que un niño o un bebé no quieran comer.
Estas no tienen que ser necesariamente enfermedades graves en bebés. Hay muchos casos, como el estreñimiento o los gases que pueden hacer que el peque no tenga hambre por un tiempo, y no hay de qué preocuparse.
Aún así, también hay algunas afecciones que pueden comprometer mucho el bienestar del peque, como el reflujo gastroesofágico o incluso la apendicitis, la cual requiere la extirpación quirúrgica del apéndice, considerándose una de las enfermedades graves en niños.
También existen distintas enfermedades de los ojos en niños, haciéndoles tenerlos rojos, con escozor y lagrimeo, como es el caso de la conjuntivitis
En el caso de los recién nacidos, si observamos que siempre tiene legañas en los ojitos, y que se le acumulan las lágrimas, puede deberse a algo muy diferente: a que tenga el orificio lagrimal obstruido.
Por otro lado, son muy comunes aquellas afecciones que provocan una pérdida de agudeza visual en los peques.
En función de cómo sean capaces de enfocar mejor, distinguimos varias enfermedades de la vista en niños, como la hipermetropía, en la cual ven mal de , la miopía, que ven borroso de lejos, y el astigmatismo, que distorsiona la visión.
Si queremos hacer todo lo que está en nuestra mano para que nuestros bebés no enfermen de gravedad, debemos seguir a rajatabla su calendario (4) .
Muchas enfermedades infectocontagiosas con elevadas cifras de mortalidad infantil, se han visto diezmadas gracias al éxito de la vacunación.
Algunos ejemplos son la meningitis, la tosferina, la rubeóla o la varicela.
Para el resto de enfermedades infectocontagiosas comunes, la mejor manera de prevenirlas es manteniendo una estricta higiene: lavando las manos con jabón varias veces al día.
Además, se debe evitar el contacto con personas enfermas o portadoras de la enfermedad, ya que al toser, besar o tocar al niño le están transmitiendo los agentes contagiosos de manera directa.
Depende de cuál sea el agente patógeno. Las enfermedades bacterianas, como la otitis se tratan con antibióticos mientras que las virales, como el COVID solo se trata con analgésicos para aliviar el malestar.
Entre una o dos semanas, acortándose la enfermedad si el niño hace reposo, se mantiene hidratado y se hacen lavados nasales.
Es un mecanismo de defensa del cuerpo para eliminar mediante el aumento de la temperatura a los agentes infecciosos, siendo efectiva inmunológicamente.