La estimulación temprana son una serie de actividades y recursos educativos que buscan que los bebés adquieran habilidades cognitivas, motrices y sociales, mejorando su desarrollo y pudiendo detectar precozmente cualquier anomalía neurológica.
La estimulación temprana son una serie de técnicas educativas que buscan fomentar el desarrollo del bebé a nivel cognitivo, emocional y social.
La práctica de distintas actividades, así como el uso de juguetes de estimulación temprana no solo permite impulsar su desarrollo, sino que también es fundamental para detectar anomalías e intervenir lo antes posible.
Por norma general, los programas de estimulación temprana tienen como objetivo las 3 áreas principales para el desarrollo de bebés y niños:
La ventaja de empezar cuanto antes la estimulación precoz es que durante los primeros años de vida nuestro cerebro tiene una enorme plasticidad y capacidad de adaptación.
En la infancia el cerebro crea, según las experiencias vividas, nuevos circuitos neuronales con mucha
.En eso se centra la estimulación temprana, en hacer con ellos actividades ideales para su desarrollo en el momento en el que más ventajosas resultan para ellos.
También tiene como objetivo dotar al peque de herramientas y habilidades para interactuar con el entorno en un futuro: enseñarle cómo se aprende.
Para ello se siguen dos principios básicos, adaptados siempre a la edad del bebé o niño:
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La estimulación temprana se compone de una serie de ejercicios, actividades y juegos que fomentan el desarrollo neurológico del bebé o niño en cuatro áreas principales:
Áreas principales de la estimulación temprana | |
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Área | Función |
Cognitiva | Atención, memoria, orientación, lógica |
Motricidad | Aprender a girarse, coordinación, hacer la pinza, andar... |
Lenguaje | Comunicarse por signos, entender lo que se le dice, primeras palabras y frases... |
Social-sensitiva | Relación con otros niños, con la naturaleza, aprender a compartir, a gestionar sus emociones... |
Dadas las distintas áreas que abarca, con la estimulación temprana no solo estaremos facilitando su desarrollo, sino ayudando al peque a gestionar mejor las rabietas, a interactuar con el resto de niños y a ir comprendiendo el mundo que le rodea.
Esto hace que la estimulación precoz tenga múltiples ventajas, siendo ampliamente recomendada por los pediatras.
De hecho, si en alguna de las revisiones periódicas el pediatra detecta que al bebé le está costando conseguir algún hito del desarrollo, es probable que te recomiende algunas actividades de estimulación temprana.
La estimulación precoz presenta beneficios tanto a nivel neurológico como en las distintas áreas del desarrollo:
Además de lograr potenciar el desarrollo en la etapa que más efectividad se consigue debido a su plasticidad cerebral, la estimulación temprana presenta ventajas a nivel preventivo y rehabilitador.
La estimulación de 0 a 6 años permite detectar precozmente cualquier problema en el neurodesarrollo del bebé, pudiendo así tomarse medidas cuanto antes.
Según la edad, las actividades de estimulación temprana para bebés serán diferentes: lógicamente, no podemos hacer los mismos ejercicios de estimulación temprana para recién nacidos que para bebés de 15 meses:
No debemos perder el foco del sentido de la estimulación temprana: que el bebé o niño aprenda divirtiéndose, mediante el juego y la interacción con nosotros y su entorno.
Esto significa que debemos llevar a cabo las actividades de estimulación temprana cuando el bebé esté receptivo y contento: si está cansado, con hambre o no le apetece no lograremos los objetivos deseados.
Y por supuesto, en ningún momento debemos forzar al peque. Si no quiere seguir o deja de mostrar interés, lo mejor es dejarlo para otro momento en el que llamemos más su atención.
La más recomendada es que los peques dibujen. Al utilizar los diferentes colores en sus dibujos, además de desarrollar sus habilidades manuales podrán recordar mejor los colores.
Aquellos diseñados para fomentar el desarrollo neurológico y psicomotor durante los primeros años de la infancia: juguetes sensoriales, de bloques, puzzles, cuentos...
Siempre que se haga de manera respetuosa sin forzar al bebé o niño: sí.
La estimulación temprana permite, además de fomentar su desarrollo, detectar precozmente posibles alteraciones en la adquisición de los hitos evolutivos.