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La preeclampsia: síntomas, riesgo, prevención y tratamiento

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Última actualización: 19 de junio de 2023
Laura Remolina

La preeclampsia es una enfermedad que afecta a un 5% de los embarazos, siendo mortal para ambos si no se diagnostica y vigila su evolución. Los principales síntomas son la hipertensión y la proteinuria.

¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia es una enfermedad que sólo se da en embarazadas. Ocurre cuando la tensión tensión arterial es elevada, dificultándose el paso de nutrientes y oxígenos al feto a través de la placenta.

La preeclampsia en el embarazo puede ser mortal para el feto y la madre si no se diagnostica y trata a tiempo, presentándose en un 5% de las gestaciones.

Si la matrona detecta que tienes la tensión alta, te hará un seguimiento. Si se mantiene en el tiempo, te mandará un análisis de orina para valorar el nivel de proteínas (1) .

La preeclampsia suele aparecer a partir de la semana 20 de embarazo, dándose un aumento de la tensión arterial repentino.

¿Qué es la eclampsia? es la aparición de convulsiones o entrada en coma, en ocasiones sin haber padecido previamente preeclampsia. A día de hoy, no se sabe predecir qué preeclampsias terminarán con eclampsia en el embarazo.

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Preeclampsia: síntomas

Existen una serie de síntomas de preeclampsia que se utilizan además para el diagnóstico de la enfermedad.

En ocasiones es difícil distinguir si son síntomas de preeclampsia o los típicos síntomas de embarazo, ya que algunos son comunes y de intensidad variable.

Si estás embarazada y tienes la tensión alta y alguno de estos síntomas, comunícaselo cuanto antes a tu matrona o ginecóloga para que valoren el caso.

Tensión alta en el embarazo

La tensión alta o hipertensión es un signo de alerta en el embarazo. Aunque hay otras patologías que tienen como síntoma un aumento de la tensión, la preeclampsia siempre cursa con hipertensión en la embaraza.

Los valores de tensión en el embarazo son:

  • Valores normales: sistólica menor de 120 mmHg y diastólica menor de 80 mmHg.
  • Hipertensión arterial: sistólica igual o mayor a 140 mmHg y diastólica igual o mayor a 90 mmHg.

La tensión alta y el dolor de cabeza suelen ir relacionados, siendo el dolor de cabeza un síntoma de hipertensión.

Si la tensión alta persiste durante unos días, se estudian las proteínas en orina: si están elevadas es que los riñones no están funcionando correctamente, diagnosticándose la preeclampsia.

Proteinuria: proteínas en la orina

La cantidad de proteínas en orina suele valorarse si la embarazada tiene hipertensión arterial de manera continua.

Las proteínas en orina en el embarazo suelen ser menores de 30mg/dL. Si el valor es mayor, el análisis de orina es positivo y se padece proteinuria gestacional.

Es malo tener proteínas en la orina ya que es una señal de que el riñón no está funcionando correctamente al filtrar la sangre.

La presencia de proteínas en la orina cursa con síntomas como orina espumosa, dolor al orinar e hinchazón de manos, cara y pies.

Otros síntomas de proteinuria pueden ser el cansancio, falta de apetito y dificultad para respirar.

Dolor de cabeza y problemas de visión

El dolor de cabeza intenso, producido en parte por la tensión arterial elevada es otro síntoma de la preeclampsia.

También pueden causarse por alteraciones en la visión: pérdida temporal de la vista, sensibilidad a la luz o visión borrosa, siendo imposible enfocar correctamente.

Estos son los síntomas que puede sentir de manera más clara la embarazada, debido a la intensidad de los dolores de cabeza.

Edema: retención de líquidos excesiva

Aunque la retención de líquidos y el edema es común durante las distintas semanas de embarazo, en preeclampsia es excesiva.

Se da una hinchazón repentina de cara, manos y pies, resultando muy molesto para la embarazada

Si no sabes cuándo preocuparte por los pies hinchados en el embarazo mídete la tensión arterial. Si es mayor de 140/90, ve al médico para que valoren tu caso.

Náuseas y vómitos

Las náuseas en el embarazo son un síntoma común, especialmente del primer trimestre, que de manera aislada no es motivo de preocupación.

Sin embargo, si van acompañadas de hipertensión y de fuertes dolores de cabeza pueden ser un síntoma de preeclampsia.


Riesgos de preeclampsia: cribado

Para valorar el riesgo de preeclampsia se suele llevar a cabo entre la semana 20 y la 24 de embarazo el cribado de preeclampsia del segundo trimestre.

Este estima el riesgo de una embarazada a padecer preeclampsia, y en función de los resultados se considerará si es necesaria mayor vigilancia: aumento del número de ecografías y medidas de tensión arterial.

El cribado consiste en la medida de la tensión arterial, una ecografía Doppler de las arterias uterinas para ver si presentan hipertensión, y el control en sangre materna de dos marcadores de preeclampsia: PLGF y sFLT-1.

Gracias al cribado se detectan un 85% de las preeclampsias antes de la semana 37, y un 45% de las posteriores.

Algunos de los factores de riesgo para padecer preeclampsia son:

  • Ser primeriza.
  • Tener casos de preeclampsia en tu familia: madre, hermanas, tías...
  • Embarazo en la adolescencia o en mayores de 40 años.
  • Gestaciones múltiples: mellizos, gemelos, trillizos...
  • Ser hipertensa antes del embarazo.
  • Tener problemas renales.
  • Haber padecido preeclampsia previamente.

Tratamiento para la preeclampsia

Para la preeclampsia el tratamiento es el parto, induciéndose en muchas ocasiones el parto de bebés prematuros.

El nacimiento del bebé es lo único que ha demostrado a día de hoy que generalmente cesa los síntomas de preeclampsia.

Esto depende de la gravedad del caso. En ocasiones, es demasiado pronto para inducir el parto y el nacimiento prematuro sería peligroso para el bebé.

En estas situaciones se extrema la vigilancia a la embarazada: se pautan medicamentos antihipertensivos y se recomienda reposo relativo y la no restricción de la sal en la dieta.


¿Cómo prevenir la preeclampsia?

Si padeces alto riesgo de padecer preeclampsia, la prevención empieza por un aumento de la vigilancia: tendrás más visitas a la matrona y más ecografías que en una gestación normal.

Además, para prevenir la preeclampsia se controlará el aumento de peso y la alimentación sana de manera exhaustiva, así como el consumo preventivo de pequeñas dosis de aspirina: ácido acetilsalicílico (2) .

Si se detecta una subida de tensión, por leve que sea, se pautarán antihipertensivos para controlarla, utilizándose siempre fármacos seguros para el embarazo por no afectar al feto.


Causas de la preeclampsia

Aunque se conocen los factores de riesgo para desarrollar preeclampsia, las causas fisiológicas no están bien definidas a día de hoy.

Existen teorías que responsabilizan al sistema inmune de la madre, que detecte el feto como un tejido extraño alterándose las arterias uterinas, encargadas de llevarle nutrientes y oxígeno.

También se piensa que pueda deberse a defectos en estos vasos sanguíneos, alterándose su funcionamiento y causando la hipertensión arterial.

En lo que coinciden los especialistas, es que el origen de la preeclampsia se debe a la placenta, órgano mediante el cual se intercambia la sangre de la madre con la del feto.


Preguntas frecuentes sobre la preeclampsia

¿Qué es la preeclampsia en el parto?

Se conoce como preeclampsia postparto, y es una enfermedad poco común, que ocurre cuando se da un aumento de la tensión arterial y proteinuria justo después del parto (3) .

¿Cuándo se considera preeclampsia precoz?

Cuando comienza antes de la semana 20 de embarazo.

¿Qué es la preeclampsia leve?

Cuando hay hipertensión pero no es demasiado alta: de 140/90 mmHg. En estos casos es suficiente con aumentar la vigilancia y hacer reposo relativo.

Una preeclampsia leve puede pasar a una grave de manera repentina, por lo que el seguimiento es muy importante para la salud de la embarazada y del feto.

Fuentes del artículo
  1. Ramos, J. G. L., Sass, N., & Costa, S. H. M. Preeclampsia. Revista Brasileira De Ginecologia E Obstetricia: Revista Da Federacao Brasileira Das Sociedades De Ginecologia E Obstetricia, 39(9), 496-512. https://doi.org/10.1055/s-0037-1604471
  2. Ma’ayeh, M., & Costantine, M. M. Prevention of preeclampsia. Seminars in Fetal & Neonatal Medicine, 25(5), 101123. https://doi.org/10.1016/j.siny.2020.101123
  3. Turbeville, H. R., & Sasser, J. M. Preeclampsia beyond pregnancy: long-term consequences for mother and child. American Journal of Physiology. Renal Physiology, 318(6), F1315-F1326. https://doi.org/10.1152/ajprenal.00071.2020

Personas que han participado en este post:

Laura RemolinaRoams
Actualizado por Laura Remolina

Laura es graduada en biotecnología y doctora en fisiología animal por la Universidad de Salamanca. Ha dedicado más de 5 años a la investigación y cuenta con publicaciones en revistas americanas del sector. En Roams, Laura es Directora de Innovación y se encarga del área de Peques, aportando además de sus conocimientos en ciencia, los obtenidos del día a día de su propia maternidad.